Leones sin arrojo, cobardes siempre en sueños, dormitando a la espera del día en el que, por fin, los profetas estén de nuestra parte… Y mientras tanto, agonizar en silencio. Seres así -tal vez como nosotros- acaban encontrando en El sueño de los leones su San Martín.
El día, la hora, el instante que pudieron ser decisivos si nosotros… ¿quiero decir?, estos personajes tuvieran un mínimo de aliento para atreverse a dar un paso hacia adelante, a ser posible en el vacío. Momentos cruciales o situaciones límite, ocasiones para la fuga, en suma, siempre desaprovechadas, dan cuerpo en cada uno de estos relatos a nuestro enemigo.
Uno tras otro, estos cuentos nos dan la oportunidad de mirarnos en el espejo y constatar toda esa carne derrotada y enemiga que nos hace culpables únicos de esa guerra sorda y minúscula: la vida, como la llamaban antes.
Al avanzar en la lectura, Luis Martín Santos y Cortázar se nos ocurren como referentes más o menos borrosos. Martín Santos, en alguno de los rasgos del estilo; Cortázar, en lo sólido o lo insólito de algunos cuentos… Y una tercera presencia mucho más nítida, quizá el enemigo del propio autor desafiándolo a nuevas páginas: Eugenio Asensio Solaz..
1993
Nínfula
Barcelona
84-8723-561-1